-Dime muchacho ¿Viniste a algo más que el entierro de tu
madre? –Me soltó sin más preámbulo-
-¿Qué dice? Solo vine a enterrar a mi madre, sólo eso.
Espero irme en un par de días, aún no sé qué haré con la casa, creo que la
estructura no vale nada o quizá pueda vender el terreno por partes a algún
vecino porque no creo que lejos de acá alguien pueda interesarse.
-Muchacho, ¿Eres tonto verdad? Ahora lo entiendo, tu madre
siempre me decía lo tonto que eras –Me dijo en tono enfadado mientras se tomaba
un sorbo de ron caliente-
-¿Y qué tiene de tonto? ¿Qué más voy a hacer con todo esto?
Y oiga… ¿Mi madre de verdad decía que yo era un poco tonto? ¿Es en serio?
-Eso no importa ya, pero vamos al grano: Quema la casa y no
te tardes. –Me dijo con total seriedad y tomándome una mano-
-¿Está loco? ¿Quemarla? ¿Por qué? No Virgilio, está usted
borracho también, ya veré como la vendo y luego…-Me interrumpió dando un golpe
a la mesa y levantando más polvo aún-
-No lo entiendes, quémala. No dejes cimientos, no permitas
que quede nada, acaba con todo y vete lo antes posible, acá no te podemos tener
y tampoco te puedo ayudar.
-Ah ya entiendo… ¡La quiere comprar! ¡Eso es! ¡Vino a
conseguir un trato! Mire, no le voy a cobrar por la casa, le venderé sólo el
terreno, puede hacerme unos giros, yo tengo mi trabajo, no la paso mal allá en
la capital, el dinero no me hace falta.
-¿Cómo te lo explico muchacho? Mira, te voy a entregar
esto…toma. Cójelo –El viejo sacó dentro de su sucia camisa una sobre viejo y
desgastado, estaba amarrado con tiras viejas de telas y un mecate sucio-
-¿Y qué es esto Virgilio? No me pague ahora, haga unos
giros, va al banco y ahí le ayudan, le dirán como se hace, yo le dejo mis datos
bancarios, solo acordemos la suma y listo.
-No te estoy pagando nada muchacho tonto, eres tú quien me
está pagando a mí, mi deuda es contigo, necesito que tengas esto, ya no puedo
tenerlo más conmigo, no me corresponde.
-Está bien, si…dámelo, ¿Por qué tanto misterio? –Le digo
arrimando el sobre hacia mí-
-No, acércatelo más, necesito ver que de verdad ya lo
tienes, toma, yo no puedo pero tú sí, tómalo…y toma esto, es tuyo también.
El viejo me estaba dando también una llave, una muy
vieja. Seguidamente, arrastré el sobre y
la llave por la mesa junto con todo el polvo que levantaron y los puse muy
cerca de mí, el viejo sonrió con satisfacción dejándome ver que le faltaban
varios dientes, aplaudió un par de veces y me dijo acercando su cara a la mía:
-El paquete y la llave son tuyas, ya los tienes. ¿Puedo
cagar? ¿Me prestas el baño?
-Acá no hay agua, ¿Por qué no espera a llegar a su casa? ¿No
cree?
-Va a ser rápido, sólo será un momento –Dijo mientras se
incorporaba torpemente pero feliz y como ya lo imaginaba, sabía perfectamente
dónde estaba el baño-
-No es por lo rápido Virgilio, es por lo que vas a hacer,
¿Tu si entiendes que no es normal ir a cagar a casa de alguien? ¿Si sabes lo
raro que se ve? –Le dije mientras lo veía desaparecer en el oscuro pasillo que
doblaba al final y que conducía a la lavandería y finalmente al baño, que a su
vez daba hacia el patio de atrás.
Me quedé pensando bajo la luz tenue y amarillenta de la
cocina, observé un largo rato este extraño sobre con la llave y aproveché para
beber un par de tragos, me serví de nuevo y le serví al viejo loco, espero que
regrese para que me explique más de esta tontería y de la casa, si su
estrategia es distraerme para conseguir un buen pecio, pues lo hace bastante
mal, no tiene ni idea de bienes raíces o de compra de inmuebles, que tonto este
Virgilio y ojalá no me deje un desastre el baño, ojalá.
Mientras sigo observando el sobre que no me atrevo a abrir y
la llave que no sé dónde usar, escucho a Virgilio hablando, conversando y no me
extraña porque está más loco que una cabra, seguro es de los que canta o habla
en el baño ¿Qué más se puede hacer en este pueblo?
Coloco mis pies sobe la otra silla y sigo esperando a que el
viejo deje de conversar, pero ahora está gritando, tiene una real discusión
allá en el baño, pienso que debo despacharlo ya, no vaya a ser que se ponga
violento o me salga cara la visita.
La discusión se está tornando fuerte, cada vez grita más, esto ya está rayando en lo inusual completo, dice cosas que no entiendo, ¿Pide perdón? ¿Qué dice este viejo? ¡Acaba de gritar muy duro! ¡Pide ayuda! ¿Pero qué está pasando allá? ¡Es como un aullido! Algo le está pasando a Virgilio ¿Quizá había un animal ponzoñoso en el baño? ¿Qué pasa?
-¡Virgilio que te pasa! ¡Óyeme! ¿Qué te sucede? –Le grito desde la cocina, levantándome del susto y acercándome al pasillo oscuro, en lo que escucho un estallido como de vidrios rotos-
Y de súbito, ya no se escucha nada, silencio total. Ya no hay más ruido. Igual voy caminando lentamente hacia allá, en el pasillo tomo un listón de madera que me puede servir para defenderme, si es un bicho veré como hago, mi desventaja es que aun ando descalzo, pero ya veré.
Estoy muy cerca del baño, cuanta quietud, ¿Qué habrán sido
esos gritos? ¡Qué extraño este viejo!
-¡Virgilio! ¡Viejo! ¿Estás bien? –Le pregunto sin abrir la
puerta, pero no recibo respuesta-
Me encuentro con la puerta apenas cerrada, no la aseguró desde
adentro y puedo ver un halo de luz que sale por la ranura, empujo la puerta
lentamente con la madera que recogí, lo hago esperando lo peor pero también
este viejo podría ser un bromista, en ese caso, lo voy a sacar a golpes de la
casa, es muy tarde para andar con juegos.
La puerta no cede más, supongo que algo la tranca y no me
permite avanzar, la estoy empujando con mi cuerpo a ver si puedo asomarme, hay
un olor fétido, asqueroso, lo percibo de inmediato y me cubro como puedo la
nariz y la boca con mi mano libre.
Aún no puedo ver qué pasa -¡Viejo! ¡Viejo! ¿Qué pasó? –Le
pregunto mientras asomo la cara-
Ahora si puedo ver al viejo sentado en la poceta, uno de sus
pies tranca la puerta pero ya lo estoy moviendo, tiene los pantalones abajo y
en efecto algo le pasó, esta inconsciente ¿Está muerto? ¡Está cubierto de
heces! ¡Tiene mierda por todos lados y los ojos abiertos!
Su cara refleja terror o asombro, los ojos brotados y media
lengua afuera me dicen que no fue una indigestión lo que le afectó pero acá no
ha entrado nadie y no veo serpiente alguna o alacrán quizá, los brazos están
caídos. No entiendo nada, ¿Qué pasó aquí?
No hay tanto desorden pero el espejo del baño está roto, una
de sus manos esta ensangrentada, obviamente lo partió, de seguro se estaba
cayendo y en algún mal movimiento lo rompió ¿Pero cómo quedó sentado en la
poceta? No coincide, pero ahora es lo de menos, en menudo embrollo me acabo de
meter, a ver cómo me zafo de ésta.
Envuelto en el mayor de los silencios me tiro en el suelo fuera del baño, si ya antes me sentía mal ahora estoy peor, resignado recuesto mi espalda de la pared que tengo atrás, mi cabeza también descansa un poco, desde acá puedo ver claramente el cadáver del viejo, lo tengo al frente a un par de metros de mí. El olor sigue estando allí, tan penetrante y nauseabundo, no parece olor a heces, no tengo idea que pueda ser, pero contamina todo. Lo que me faltaba.
CONTINUARÁ
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