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miércoles, 10 de noviembre de 2021

Cap 3 EL SOBRE Y LA LLAVE



Después de abandonar el olvidado pueblo donde creció para vivir en la moderna capital, Martín recibe una agria noticia y debe retornar para encargarse del entierro de su madre, único familiar cercano que tenía y al volver descubre que el sitio no era lo que él pensaba al desencadenarse una serie de extraños eventos que lo involucran y que harán de su estadía una odisea densa y asfixiante plagada de incoherencias.

Capítulo 3 / EL SOBRE Y LA LLAVE / BY SHEIKONG

El viejo me sirvió como quien atiende a un cliente importante, sopló mi vaso con su aliento cochino para quitarle el polvo, su intención era limpiarlo, lo sé, pero me temo que quedó peor que antes, con todo eso lo voy a aceptar igualmente, no vaya a ser que se ofenda y con tanto alcohol en su cuerpo, no ceo que esté infectado de nada.

-Dime muchacho ¿Viniste a algo más que el entierro de tu madre? –Me soltó sin más preámbulo-

-¿Qué dice? Solo vine a enterrar a mi madre, sólo eso. Espero irme en un par de días, aún no sé qué haré con la casa, creo que la estructura no vale nada o quizá pueda vender el terreno por partes a algún vecino porque no creo que lejos de acá alguien pueda interesarse.

-Muchacho, ¿Eres tonto verdad? Ahora lo entiendo, tu madre siempre me decía lo tonto que eras –Me dijo en tono enfadado mientras se tomaba un sorbo de ron caliente-

-¿Y qué tiene de tonto? ¿Qué más voy a hacer con todo esto? Y oiga… ¿Mi madre de verdad decía que yo era un poco tonto? ¿Es en serio?

-Eso no importa ya, pero vamos al grano: Quema la casa y no te tardes. –Me dijo con total seriedad y tomándome una mano-

-¿Está loco? ¿Quemarla? ¿Por qué? No Virgilio, está usted borracho también, ya veré como la vendo y luego…-Me interrumpió dando un golpe a la mesa y levantando más polvo aún-

-No lo entiendes, quémala. No dejes cimientos, no permitas que quede nada, acaba con todo y vete lo antes posible, acá no te podemos tener y tampoco te puedo ayudar.

-Ah ya entiendo… ¡La quiere comprar! ¡Eso es! ¡Vino a conseguir un trato! Mire, no le voy a cobrar por la casa, le venderé sólo el terreno, puede hacerme unos giros, yo tengo mi trabajo, no la paso mal allá en la capital, el dinero no me hace falta.

-¿Cómo te lo explico muchacho? Mira, te voy a entregar esto…toma. Cójelo –El viejo sacó dentro de su sucia camisa una sobre viejo y desgastado, estaba amarrado con tiras viejas de telas y un mecate sucio-

-¿Y qué es esto Virgilio? No me pague ahora, haga unos giros, va al banco y ahí le ayudan, le dirán como se hace, yo le dejo mis datos bancarios, solo acordemos la suma y listo.

-No te estoy pagando nada muchacho tonto, eres tú quien me está pagando a mí, mi deuda es contigo, necesito que tengas esto, ya no puedo tenerlo más conmigo, no me corresponde.

-Está bien, si…dámelo, ¿Por qué tanto misterio? –Le digo arrimando el sobre hacia mí-

-No, acércatelo más, necesito ver que de verdad ya lo tienes, toma, yo no puedo pero tú sí, tómalo…y toma esto, es tuyo también.

El viejo me estaba dando también una llave, una muy vieja.  Seguidamente, arrastré el sobre y la llave por la mesa junto con todo el polvo que levantaron y los puse muy cerca de mí, el viejo sonrió con satisfacción dejándome ver que le faltaban varios dientes, aplaudió un par de veces y me dijo acercando su cara a la mía:

-El paquete y la llave son tuyas, ya los tienes. ¿Puedo cagar? ¿Me prestas el baño?

-Acá no hay agua, ¿Por qué no espera a llegar a su casa? ¿No cree?

-Va a ser rápido, sólo será un momento –Dijo mientras se incorporaba torpemente pero feliz y como ya lo imaginaba, sabía perfectamente dónde estaba el baño-

-No es por lo rápido Virgilio, es por lo que vas a hacer, ¿Tu si entiendes que no es normal ir a cagar a casa de alguien? ¿Si sabes lo raro que se ve? –Le dije mientras lo veía desaparecer en el oscuro pasillo que doblaba al final y que conducía a la lavandería y finalmente al baño, que a su vez daba hacia el patio de atrás.

Me quedé pensando bajo la luz tenue y amarillenta de la cocina, observé un largo rato este extraño sobre con la llave y aproveché para beber un par de tragos, me serví de nuevo y le serví al viejo loco, espero que regrese para que me explique más de esta tontería y de la casa, si su estrategia es distraerme para conseguir un buen pecio, pues lo hace bastante mal, no tiene ni idea de bienes raíces o de compra de inmuebles, que tonto este Virgilio y ojalá no me deje un desastre el baño, ojalá.

Mientras sigo observando el sobre que no me atrevo a abrir y la llave que no sé dónde usar, escucho a Virgilio hablando, conversando y no me extraña porque está más loco que una cabra, seguro es de los que canta o habla en el baño ¿Qué más se puede hacer en este pueblo?

Coloco mis pies sobe la otra silla y sigo esperando a que el viejo deje de conversar, pero ahora está gritando, tiene una real discusión allá en el baño, pienso que debo despacharlo ya, no vaya a ser que se ponga violento o me salga cara la visita.

La discusión se está tornando fuerte, cada vez grita más, esto ya está rayando en lo inusual completo, dice cosas que no entiendo, ¿Pide perdón? ¿Qué dice este viejo? ¡Acaba de gritar muy duro! ¡Pide ayuda! ¿Pero qué está pasando allá? ¡Es como un aullido! Algo le está pasando a Virgilio ¿Quizá había un animal ponzoñoso en el baño? ¿Qué pasa?

-¡Virgilio que te pasa! ¡Óyeme! ¿Qué te sucede? –Le grito desde la cocina, levantándome del susto y acercándome al pasillo oscuro, en lo que escucho un estallido como de vidrios rotos-

Y de súbito, ya no se escucha nada, silencio total. Ya no hay más ruido. Igual voy caminando lentamente hacia allá, en el pasillo tomo un listón de madera que me puede servir para defenderme, si es un bicho veré como hago, mi desventaja es que aun ando descalzo, pero ya veré.

Estoy muy cerca del baño, cuanta quietud, ¿Qué habrán sido esos gritos? ¡Qué extraño este viejo!

-¡Virgilio! ¡Viejo! ¿Estás bien? –Le pregunto sin abrir la puerta, pero no recibo respuesta-

Me encuentro con la puerta apenas cerrada, no la aseguró desde adentro y puedo ver un halo de luz que sale por la ranura, empujo la puerta lentamente con la madera que recogí, lo hago esperando lo peor pero también este viejo podría ser un bromista, en ese caso, lo voy a sacar a golpes de la casa, es muy tarde para andar con juegos.

La puerta no cede más, supongo que algo la tranca y no me permite avanzar, la estoy empujando con mi cuerpo a ver si puedo asomarme, hay un olor fétido, asqueroso, lo percibo de inmediato y me cubro como puedo la nariz y la boca con mi mano libre.

Aún no puedo ver qué pasa -¡Viejo! ¡Viejo! ¿Qué pasó? –Le pregunto mientras asomo la cara-

Ahora si puedo ver al viejo sentado en la poceta, uno de sus pies tranca la puerta pero ya lo estoy moviendo, tiene los pantalones abajo y en efecto algo le pasó, esta inconsciente ¿Está muerto? ¡Está cubierto de heces! ¡Tiene mierda por todos lados y los ojos abiertos!

Su cara refleja terror o asombro, los ojos brotados y media lengua afuera me dicen que no fue una indigestión lo que le afectó pero acá no ha entrado nadie y no veo serpiente alguna o alacrán quizá, los brazos están caídos. No entiendo nada, ¿Qué pasó aquí?

No hay tanto desorden pero el espejo del baño está roto, una de sus manos esta ensangrentada, obviamente lo partió, de seguro se estaba cayendo y en algún mal movimiento lo rompió ¿Pero cómo quedó sentado en la poceta? No coincide, pero ahora es lo de menos, en menudo embrollo me acabo de meter, a ver cómo me zafo de ésta.

Envuelto en el mayor de los silencios me tiro en el suelo fuera del baño, si ya antes me sentía mal ahora estoy peor, resignado recuesto mi espalda de la pared que tengo atrás, mi cabeza también descansa un poco, desde acá puedo ver claramente el cadáver del viejo, lo tengo al frente a un par de metros de mí. El olor sigue estando allí, tan penetrante y nauseabundo, no parece olor a heces, no tengo idea que pueda ser, pero contamina todo. Lo que me faltaba.

CONTINUARÁ


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