SUBURBIA BOOKS

miércoles, 24 de noviembre de 2021

CAP 3 / LOS RECUERDOS



Hasta ahora el Señor Flip lleva una vida citadina monótona y muy tranquila, lejos está de imaginarse que está a las puertas de vivir lo más alocado de su existencia porque no sólo acaba de perder a su familia, sino que está sufriendo en carne propia lo que nadie: Acaba de fallecer pero sigue aún vivo, le queda muy poco tiempo antes de que su cuerpo lo complique todo.

-Capítulo 3- LOS RECUERDOS

Guardo silencio, sigo mirando al frente, no doy crédito a lo que escucho pero tampoco demuestro asombro por demás. Me abstraigo a propósito para pensar un poco ya que esto podría ser verdad y sé que me estoy descomponiendo, pero todo esto me suena increíble. El muchacho es un embaucador, se le nota de lejos. A ver cómo me zafo de ésta, no de la muerte sino del pelirrojo irritante y su historia increíble.

-¿Por qué no te vas? –Le pregunto-

-Solo vine a traerle estos papeles Señor Flip, nada más pero si usted gusta le puedo traer algo de abajo, ¿Cómo está su alacena? –Me pregunta levantándose del viejo mueble dirigiéndose hacia la oscura cocina, donde abre las puertas de los gabinetes superiores-

-¿Cómo va a estar la alacena? ¡Llena de potes con cal! ¡Agua oxigenada por doquier y vendas! ¡Eso es todo lo que hay! –Le grito desde el mueble-

-Ya veo, si…está surtida. No le ofrezco agua por razones obvias, ¿Desea un libro? Debajo del puente aún están los vendedores, aún es temprano y podría traerle algo de aventuras o de investigación del cuerpo humano ¿Qué opina?

-No. Quiero que te vayas, luego veo lo que hay en la caja.

-Bien, si no me necesita para algo, me regreso, aún tengo mucho recorrido y tengo hambre, esta cuadra es un gran sitio para picar algún panecillo.

El chico se dirige a la puerta sin decir nada más, pero cuando está por abrirla me asalta una duda que llegó con un pensamiento confuso y que apenas puedo distinguir, no lo tengo claro pero será imposible que me quede con la inquietud. Aunque sigo sentado más rígido que de costumbre, desde acá puedo ver los lentos movimientos de su mano izquierda buscando la llave, observo con detalle la forma como Arnoldo toma el picaporte con su mano derecha, la acaricia primero, como si no quisiera salir o si lo estuviese pensando, lentamente le da vuelta hacia la izquierda e introduce la llave, todo ocurre muy lentamente ¿Será mi seco cerebro que me juega una pasada?

-¡Espera un momento muchacho! ¡Acabo de recordar algo! Por favor, no te vayas –Interrumpo la salida del chico con mi voz quebrada-

-Sí, dígame Señor Flip ¿En qué le ayudo? –Voltea el chico intrigado-

-Arnoldo, acabo de recordar a una mujer y a una niña, son imágenes confusas, pero ahí están ¿Tuve una vida?  ¿Una familia?

-Si Señor Flip, la tuvo. Su esposa y una hija, así es.

-¿Y qué pasó con ellas? ¿Saben que estoy acá?

-No, no lo saben. No saben nada de usted ni de su estado actual.

-¿Y qué creen que pasó conmigo?

-Yo estuve en su funeral Señor Flip, fuimos todos y estuvo genial, la verdad que la agencia logró un evento muy hermoso y…

-No te distraigas Arnoldo –Le interrumpo- Dime que pasó con ellas, por favor

-Su esposa aún estaba embarazada cuando sucedió todo aquello, la vi muy afectada como todos, no paraba de hacerse preguntas pero había unos familiares que la consolaban

-¿Y después que sucedió?

-No he sabido mucho Señor Flip, unos días después su esposa estuvo en la oficina reunida con el Sr Adelino, fue algo privado, no supimos de qué hablaron, quizá de una indemnización o algo así, dicen que la suma podría ser muy alta por tantos años de servicio.

-¿Entonces ella cree que estoy muerto?

-Señor Flip discúlpeme pero está usted muerto, sin duda.

Las imágenes de esa mujer y de la niña llegan a mi mente fugazmente, muy borrosas para mí y así mismo desaparecen, como pinchazos de aguja y luego ya no están, conversar con este chico ha sido muy útil pero quiero estar solo para esforzarme en recordar más, la quietud de la casa podría ayudarme.

-Gracias Arnoldo, fuiste muy útil, puedes irte, anda a hacer tus cosas

-Está bien Señor Flip, vendré en una semana como siempre y si surge algo antes, estaré por acá, Don Adelino está muy ansioso por estos días, debe ser por el cierre fiscal, este tipo de cosas le aterran porque debe pagar mucho dinero al estado, él no es muy amigo de pagar…usted sabe.

El chico se dio vuelta y desapareció por la vieja puerta, escuché cómo se aseguraba por fuera que todo estuviera bien con la cerradura, el sonido de sus pasos desaparecían en las escaleras que dan hacia el piso contiguo así cómo escucho las pisadas de todos los que suben y bajan sin parar por estos recovecos oscuros.

No recuerdo haber salido de acá, quizá lo hice pero lo tengo presente en mi memoria, ¿Cuántas calles llenas de colores, olores y personas disfruta Arnoldo al venir? ¡Cuesta imaginarlo! El movimiento que puedo ver por mis dos ventanas me dice que hay mucho allá abajo. Un callejón tranquilo y una avenida principal transitada delatan el latir de esta ciudad, cómo me gustaría bajar y conocer o tal vez reconocer.  ¿Por qué no? Hoy supe que llevo meses acá encerado pero en mi mente solo han pasado un par de días, no lo entiendo ahora, espero encontrar respuestas.

La conversación con Arnoldo me llena de contradicciones y las imágenes borrosas de la mujer y la niña no deja de pasar por mi confuso cerebro, van y vienen, se mezclan y me confunden, no respiro ni transpiro, no sufro de apetito ni defeco, no me da sed ni sueño pero mi mente se activa muy bien por ratos y en otros instantes se atropella a sí misma, no siento nada pero saber que sucedió con mi esposa y mi hija aparecen como un prioridad en mi panorama inmediato.

¿Saben qué? Quiero salir, si, salir a ver que hay afuera y que se siente, no voy a estar más tiempo en este viejo mueble, debo planificarlo bien o será un fracaso y pondría en riesgo mi permanencia en este viejo, frío y sombrío apartamento. ¿Me atrevo o lo pienso por unas horas? ¡Tengo toda una vida para pensarlo! ¿Qué podría salir mal? Nadie se dará cuenta, con tanto alboroto debería pasar desapercibido, de eso estoy seguro.

Creo que han pasado un par de horas desde que tuve la idea de salir a husmear, no alcanzo a ver la hora en el desgastado reloj de pared, mi vista se ha deteriorado con los días o meses, el paso del tiempo parece no afectarme a la misma velocidad que afecta al entorno de estas calles. Escucho los gritos de los hombres que descargan mercancía para las tiendas de abajo y se mezclan con las cornetas de los autos cuyos choferes se desesperan ante tanto desorden y cruce de carretillas de un lado para el otro, muchos caen en insultos y las emociones se disparan, sé que es el tiempo que los afecta y les ordena cómo deben actuar, unos van tarde y otros ni llegarán, algunos lograron cumplir con sus tareas y de seguro hay cientos que en su lucha contra el reloj ya se rindieron y dejan que el mundo avance.

Esta decidido, voy a salir. Debo levantarme y seguir el protocolo de quien va a pisar afuera, eso implica dominar los detalles y tener una lectura perfecta de cada paso que daré, ¿Cómo lo voy a lograr? Si no me levanto, poco será lo logrado. Hacia allá voy, el tiempo no me detendrá.

CONTINUARÁ

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario