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sábado, 12 de marzo de 2022

LA SOMBRA DEL PANTEÓN (MALIGNA 2) -By Sheikong-

 

 

Quiero compartir una experiencia que ha marcado toda mi vida, algo que nunca imaginé que estaría presente hasta estos días: En mi infancia era un niño inseguro, objeto de burlas por parte de los demás chicos del colegio y de mi vecindario. Mi madre siempre acudía en mi auxilio, no sé qué hubiese sido de mi vida sin su ayuda oportuna en esa etapa. Muchas veces terminé en las zanjas o dentro de los botes de basura a causa del abuso. En los juegos nunca participaba pues no era invitado ni me tomaban en cuenta para las actividades de la escuela.

Mi madre en cada una de esas ocasiones, intervenía y no solo era mi consuelo sino mi más grande admiradora y protectora. La recuerdo defendiéndome de todos y de todo, mas no así mi padre, quien se avergonzaba de mí y evitaba verme en esas situaciones, quizá porque era un alcohólico a causa de su desempleo y su mala racha, como él le decía. Las discusiones con mamá eran cada vez más seguidas, yo podía escucharles desde mi habitación y lleno de miedo me escondía en el closet hasta que los gritos cesaban. 

Recuerdo que al cumplir los trece años al fin me invitaron otros chicos del vecindario a jugar cerca del cementerio, donde había un terreno grande que usábamos de cancha de futbol, había muchas historias extrañas acerca de ese lugar y ninguno de nosotros quería entrar, salvo para buscar el balón las veces que accidentalmente caía dentro del camposanto. 

Justo como lo esperaba, llegó mi turno de pasar a buscar la pelota, estando adentro quedé muy impactado por las tumbas, las grandes cruces y todos los objetos fúnebres que iba encontrando a mi paso. Traté de tener cuidado y no pisarlas, tenía una mezcla de respeto y miedo por todo lo que la gente contaba. El balón cayó dentro de un viejo mausoleo abandonado, no era muy grande pero se veía en muy mal estado. Entré con mucho cuidado, el silencio era abrumador, la vieja placa de mármol tallada estaba tan dañada que no se entendía la inscripción como para saber de quien se trataba. El balón había quedado justo allí, lo levanté rápidamente y me di vuelta para regresar cuando por accidente pisé una baldosa que estaba a medio partir y mi pierna pasó completo hasta abajo, me costó un poco sacarla de allí hasta que con un poco de esfuerzo, lo logré.  Antes de irme, me incliné para ver por el hoyo que  había creado y al acercar mi cara, una fuerte brisa tibia y nauseabunda que provenía de allí me sorprendió en el rostro, no pude evitar tragar parte de ese aire putrefacto.  El miedo me invadió y salí corriendo de allí lo más rápido que pude.  No le conté nada a los demás chicos para evitar que se burlaran de mí, pero algo en mí se transformó ese día, mientras jugaba no dejaba de pensar lo que me sucedió dentro del panteón y lo que había respirado accidentalmente. 

No había pasado una hora cuando uno de los chicos grandes se molestó mucho conmigo a causa de una mala jugada, se acercó para reclamarme y en medio de la discusión me empujó violentamente tirándome al suelo, una vez más era objeto de risas y burlas, pero algo pasó cuando el chico molesto regresaba a su lugar y extrañamente un gran tronco seco le cayó encima golpeándolo muy fuerte y dejándolo inconsciente por unos minutos. Todos vimos lo sucedido y nos preguntábamos cómo pudo suceder. Creí ver una sombra acercándose a él antes de sucederle el accidente, pero no estaba seguro.

Las peleas entre mis padres cada vez eran más seguidas, mi madre le reclamaba su falta de compromiso pero era muy mala idea discutir con él cuando bebía, sus gritos se escuchaban por toda la casa, al punto que yo me veía obligado a salir a la calle para distraerme.  En uno de mis paseos tuve la mala fortuna de encontrarme a los chicos grandes, allí estaba el que me había empujado, me rodearon y querían que yo peleara, tuve mucho miedo y me escondí en un callejón, hasta allí fueron a buscarme con otro chico que andaba con ellos, recuerdo que me gritaba malas palabras y me sacó arrastras para amonestarme pues me acusaba de ser problemático.  Yo trataba de zafarme sin éxito, cuando unas maderas del puerto almacenadas a un lado rodaron cayendo sobre él tumbándolo de inmediato, el maltrecho joven aún se movía pero pude ver una sombra rápidamente que lo cubría hasta desaparecer, entonces recordé el evento del cementerio, la caída del tronco y todo coincidía.

Escapé como pude dejando todo atrás, camino a casa me preguntaba que sucede con esa tumba, como pasaron ambos accidentes y la presencia de la sombra, todo me indicaba que algo muy raro estaba pasando.  Le conté todo a mi mamá, quien se preocupó mucho por los extraños incidentes.  Pasé varios días encerrado en mi cuarto sin querer salir, me sentía asustado y triste pero quería saber más del Mausoleo  así que a escondidas de mis padres fui hasta el camposanto y con mucho temor traté a entrar al Panteón pero estaba cerrado, como si no hubiese sido abierto en años, por más que traté de entrar no pude, me asomé a través de un vidrio roto y todo estaba igual adentro, inclusive el hoyo que causé al partir las baldosas.

Al voltearme me di cuenta que un extraño anciano me estaba observando, era el raro cuidador del cementerio quien se me acercó y me dijo que la historia se estaba repitiendo en mí, sabía quién era yo y aunque era un hombre misterioso, me dijo que el mausoleo perteneció a un viejo muy perverso y avaro, que se negó a morir de una rara enfermedad y juró volver para vengarse de quien molestara su descanso.  Contó también que hace años un joven entro al Mausoleo con unos amigos solo para molestar y luego fue perseguido por una sombra desencadenando una ola de eventos paranormales, me recomendó luchar anulando el juramento con un poco de agua bendita, una cruz y otros implementos.  

Regresé corriendo a casa a contarle a mi madre a riesgo de que me regañara por volver al cementerio, al llegar escucho de nuevo los gritos de mis padres en sus discusiones habituales.  Al rato mi madre me comunicó que era mejor que pasara un tiempo en casa de los abuelos, que este sitio no era seguro para mí, así que esa tarde empaqué y me subí al camión de un buen vecino que se ofreció a llevarme.  En el camino reinaba el silencio y el aburrimiento, hasta que vi de nuevo la sombra pasar frente al parabrisas, era un mal presagio para mí y ya sabía lo que iba a pasar.  Traté de advertirle al chofer pero no me creyó y comenzó a hacer burlas acerca del tema, me agarré muy fuerte ya que el camión empezó a fallar en una bajada perdiendo estabilidad, el vecino hizo lo que pudo pero nos estrellamos a un lado de la carretera contra un árbol, después del fuerte impacto me incorporé y vi al pobre hombre paralizado de miedo y muy aterrado.  Las autoridades me llevaron a casa y mi madre me recibió visiblemente afectada por todo lo que ocurría a mi alrededor, pude contarle todo lo sucedido y me escuchó muy asombrada e hizo algo que nunca olvidaré: Decidió defenderme hasta del más allá o de lo que fuese que habite en ese panteón, siguiendo las indicaciones del viejo cuidador.

Y así lo hicimos, al final de la tarde llegamos al camposanto, ella consiguió agua bendita, cruces, una biblia y otras herramientas que podrían ser útiles.  Esta vez la puerta estaba entreabierta, lo cual me pareció más raro aún. Mi madre roció la tumba con el agua, colocó la cruz encima y trató de juntar las baldosas rotas, cuando apareció de nuevo ese olor putrefacto que llegó con una fuerte brisa que venia del hoyo, a mi madre no le dio tiempo de reaccionar, esta vez la sombra se presentó muy veloz y la lanzó muy fuerte contra la entrada del Panteón golpeándose en la parte de atrás de la cabeza esta vez la sombra había ido demasiado lejos, lleno de temor grité por ayuda pero estábamos solos, mi madre pudo reaccionar de a poco y salimos huyendo despavoridos hacia la casa a avisarle a mi padre lo sucedido, no sin antes ver como la sombra se retorcía y regresaba por el hoyo. 

Al entrar a la casa sentimos el aire tibio, vimos a mi padre de espaldas sentado en la pequeña mesa de la cocina con la luz apagada y la botella de licor en las manos, de nuevo se había intoxicado.  Estaba inmóvil, silencioso y notamos que tenía el mismo olor a podrido de la tumba, pasados unos minutos solo se movió para decirnos que sabía lo sucedido y que no lo lamentaba porque ambos buscamos que eso nos pasara.  Nos dijo lo que tanto ocultaba:  El también cuando joven visitó el mausoleo y tuvo un experiencia paranormal muy fuerte, nos contó como tuvo su primer encuentro con la sombra del panteón y la forma como lo persiguió durante años al igual que lo hace conmigo.  Esos eventos lo afectaron profundamente y no pudo superarlo por más que lo intentó. La bebida era solo un escape no sólo a su mala situación económica y personal sino al recuerdo espantoso de aquel lugar.

No podíamos creer lo que estábamos escuchando, era la mayor tragedia de nuestra vida, todo a nuestro alrededor se estaba desmoronando, parecía que el mal finalmente había triunfado y nada podíamos hacer más que huir y alejarnos no sólo de mi padre que se había rendido a los malos recuerdos y al alcohol, sino de este sitio que nada bueno guardaba para nosotros.  Con mucho pesar y llenos de incertidumbre, así lo hicimos, mi madre y yo salimos de lo que conocíamos como nuestro hogar para nunca más volver dejando atrás estos episodios tan oscuros que esperamos no regresen a nuestras vidas.

FIN


2 comentarios:

  1. WoW, una historia espeluznante y bien llevada, excelente imaginación, te felicito una vez más Sheykong.

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  2. Muy buena descripcion. Muy realista. Felicitaciones.

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